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La importancia de la eficiencia energética

El 5 de marzo se conmemora el día de la eficiencia energética, recordando la primer Conferencia Internacional, realizada en 1998, en la que se abordó la crisis energética y cómo realizar un buen uso para prevenirla. Aún 25 años después de aquella reunión, los riesgos de la crisis energética están más presentes que nunca.

El ahorro energético está alineado con la optimización del uso que hacemos de ella sin disminuir las prestaciones que proporciona; sin embargo, hoy en día, son los precios imposibles de la energía lo que prácticamente arrastra a muchos hogares a la pobreza energética.

Lejos de esa idea, la celebración de la eficiencia energética está orientada a aunar esfuerzos para avanzar hacia sociedades más sostenibles, aumentar la cooperación para facilitar el acceso a la investigación y la diversificación de la producción de energías para reducir el consumo de combustibles fósiles.

En esa misma línea, la Agenda 2030 refleja esta intención en el ODS7 incentivando la obtención de energía más eficiente, no contaminante y asequible.

Las tecnologías limpias suponen promover la inversión en infraestructuras energéticas, pero también hace falta tomar medidas para aumentar la eficiencia energética en edificios, vehículos, equipamiento doméstico y actividades industriales.

La iluminación basada en LED, por ejemplo, utilizan menos energía para producir la misma cantidad de luz; según algunas investigaciones, la economía mundial podría aumentar en 18 billones de dólares para 2035 si se adoptan medidas para la eficiencia energética.

Consumir y producir energía de manera más inteligente es posible, y contribuye también a enfrentar los desafíos del cambio climático gracias a la reducción de emisiones.

Mientras organismos nacionales e internacionales trabajan en la producción de energía más eficiente, limpia y asequible, utilizar la energía de manera responsable supone:

  • Desconectar todos los electrodomésticos: aunque estén en stand by, la mayoría de los aparatos siguen consumiendo una pequeña cuota de energía.
  • Utilizar bombillas de bajo consumo: cuestan un poco más caras al momento de adquirirlas, pero duran más y consumen menos iluminando igual o mejor que las tradicionales.
  • Equipos de bajo consumo: al momento de comprar electrodomésticos, sobre todo heladeras o lavarropas, es mejor optar por aquellos que consumen menos energía, no sólo por el ahorro a largo plazo en la factura de energía, sino porque ofrecen más durabilidad.
  • Incorporar aislamientos de calidad: mantener la temperatura interior de la casa es un elemento importante de la eficiencia energética, ya que supone utilizar menos la calefacción y el aire acondicionado.

Cada uno de nosotros, día a día, tomamos decisiones que pueden contribuir a reducir el consumo o realizar un uso más eficiente de la energía.

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