Cuestiones ambientales clave para la salud mental
Tanto la contaminación como la escasez de recursos naturales o el acceso a sus servicios, afectan el bienestar y, por lo tanto, produce un impacto en la salud mental.
En el Día Mundial de la Salud Mental, que este año se celebra reconociendo la importancia de mejorar los conocimientos y las medidas que promuevan y protejan la salud mental como derecho humano universal, nos proponemos explorar la relación entre salud mental y medio ambiente.
La salud mental es esencial para la salud física y el bienestar como concepto multidemensional, que ha superado la condición económica para abarcar también aspectos sociales como las relaciones interpersonales y con el medio ambiente.
El ambiente físico condiciona el bienestar; la contaminación, así como la disponibilidad de bienes y servicios medioambientales, tanto como el acceso al disfrute de la naturaleza, resultan clave en la salud humana.
Los problemas que la humanidad está afrontando en los últimos tiempos tienen un gran impacto en la salud mental, pues esta depende de la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales.
Como seres sociales, que necesitamos relacionarnos con otros seres vivos, la pandemia supuso un gran impacto, y lo mismo ocurre en situaciones de tensión, como las guerras, desastres naturales y otras crisis que se están suscitando en diferentes partes del mundo.
El impacto de la degradación ambiental en la salud mental
Así como la degradación ambiental es una amenaza, un ambiente sano constituye un factor facilitador de una buena salud mental.
Un reciente estudio sobre el conocimiento científico disponible en relación a las amenazas medioambientales y su impacto en la salud mental concluye con el siguiente resumen:
- Contaminación atmosférica: Cada vez se detecta una asociación más robusta entre ciertos contaminantes y una gama de resultados en salud mental que impactan en trastornos de personalidad, depresión, ansiedad y tristeza.
- Cambio climático: Existen datos que demuestran que, las consecuencias del cambio climático como los fenómenos meteorológicos extremos, ejercen un profundo impacto en la salud mental con trastornos de estrés postraumático, nostalgia, angustia y depresión.
- Entorno urbano: Existe una asociación positiva entre la exposición urbana a la contaminación que afecta directamente la salud mental, desde la agresividad, hasta la angustia y el bajo desarrollo cognitivo.
- Contaminación acústica: Se ha reconocido que es uno de los principales riesgos medioambientales y está vinculada a la aceleración y la intensificación del desarrollo de los trastornos mentales, impactando en molestias auditivas, dificultad para dormir y problemas cognitivos.
- Contaminantes químicos: Con la existencia de una asociación positiva entre las sustancias químicas en el medioambiente y la obtención de resultados negativos en la salud mental, desde alteraciones hormonales hasta trastornos del comportamiento y estrés.
- Accesibilidad a la naturaleza: Cada vez más datos demuestran que resulta vital para una buena salud mental y física a todas las edades, pues estar en la naturaleza reduce la ansiedad, la depresión y la soledad, mientras que la falta de espacios verdes se asocia con un aumento de los síntomas.
Enfoque de “Una sola salud” para el desarrollo sostenible
Equipos expertos de las FAO, OIE, OMS y PNUMA trabajaron recientemente en la definición de un enfoque que permita estar mejor preparados para prevenir, predecir y detectar amenazas sanitarias mundiales.
La definición elaborada por un grupo de expertos indica que, “Una sola salud, es un enfoque unificador integrado que procura equilibrar y optimizar de manera sostenible la salud de las personas, los animales y los ecosistemas”.
En este concepto se reconoce que “la salud de las personas, los animales domésticos y salvajes, las plantas y el medio ambiente en general (incluidos los ecosistemas) están estrechamente relacionados y son interdependientes”.
De esta manera, las cuatro agencias de las Naciones Unidas interpelan a múltiples sectores y disciplinas para trabajar conjuntamente en promover el bienestar y en neutralizar las amenazas para la salud al mismo tiempo que se hace frente a la demanda de agua potable, energía, aire y alimentos sanos y nutritivos.
Hacer frente a los desafíos desde el enfoque de “una sola salud” puede contribuir a afrontar toda una gama de aspectos relativos al control de enfermedades, desde la detección y preparación de respuesta, hasta gestionar, mejorar y promover la salud y la sostenibilidad.
