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Alimentos, Forrajes y Fibras, en la lucha contra la desertificación

El Día Mundial de la lucha contra la Desertificación y la Sequía, que se celebra cada 17 de Junio, este año centra su argumento en producción de alimentos, forrajes y fibras, elementos que se integran en nuestra vida cotidiana y están en la base de la lucha contra la desertificación.

Como cada año, la organización encargada de organizar esta conmemoración es la Convención de las Naciones Unidas de la Lucha contra la Desertificación, promoviendo un cambio en las actitudes individuales e impulsando políticas públicas para abordar los patrones de producción con un enfoque sostenible.

La incesante producción y consumo de la humanidad

A medida que las poblaciones se hacen más grandes, más ricas y más urbanas, hay una demanda mucho mayor de tierras para proporcionar alimentos, forrajes o pienso para animales y fibras para la elaboración de la ropa. 

Al mismo tiempo, la salud y la productividad de las tierras cultivables existentes están disminuyendo, empeorando por el cambio climático.

Hoy, más de dos mil millones de hectáreas de tierras previamente productivas ya están degradadas.

Los alimentos, los forrajes y las fibras son también producciones que deben competir con las ciudades en expansión y la industria del combustible. El resultado final es que la tierra se está convirtiendo a otros usos y se está degradando a tasas inestables, dañando la producción, los ecosistemas y la biodiversidad.

Más del 70% de los ecosistemas naturales se han transformado. Para 2050, esto podría llegar al 90%.

Para tener suficientes tierras productivas que permitan satisfacer las demandas de diez mil millones de personas en 2050, los estilos de vida deben cambiar. 

Es por eso que, este 2020 el lema «Alimentos. Forrajes. Fibras.» busca informar a las personas sobre cómo es su impacto individual en las tierras a partir de sus acciones cotidianas, y cómo es posible reducir ese impacto individual y colectivo a través de prácticas de consumo más sostenibles.

“Si seguimos produciendo y consumiendo como siempre, nos vamos a comer la capacidad del planeta para mantener la vida hasta que no queden nada más que desechos. Todos debemos tomar mejores decisiones sobre lo que comemos y lo que vestimos, para ayudar a proteger y restaurar las tierras”.

Ibrahim Thiaw, Secretario Ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas de la Lucha contra la Desertificación

Para 2030, la producción de alimentos requerirá 300 millones de hectáreas adicionales de tierras.

Los alimentos, los forrajes y las fibras también contribuyen al cambio climático, con alrededor de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la agricultura, la silvicultura y otros usos de las tierras. 

La producción de ropa y calzado causa el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, una cifra que se prevé que aumente casi el 50% para 2030.

Con la urbanización, muchos de nosotros nos hemos distanciado de las tierras, pero los alimentos, los forrajes para alimentar el ganado y las fibras para elaborar la ropa, son esenciales en nuestra vida diaria y provienen de las tierras.

Con los cambios en nuestro comportamiento como consumidores, con el compromiso en la responsabilidad medioambiental de las empresas, y la adopción de una planificación más eficiente que impulse prácticas sostenibles, habría suficientes recursos para satisfacer la demanda

Los cambios en la dieta y los comportamientos, como reducir el desperdicio de alimentos, comprar en los mercados locales e intercambiar ropa en lugar de comprar siempre nueva, puede liberar tierras para otros usos y reducir las emisiones de carbono. 

Sobre el Día de la Desertificación y el Día de la Sequía 2020

Este año, la celebración del 17 de Junio es también un momento único para recordar que la Neutralidad en la Degradación de las Tierras se puede lograr mediante la resolución de conflictos, una fuerte participación de la comunidad y la cooperación en todos los niveles.

El tema global para 2020 se basó en una competencia abierta al público. El Sr. Irfan Miswari resultó ganador con su sugerencia de visibilizar el impacto de la industria de la moda en las tierras y el agua en la provincia de Java Occidental de Indonesia, región propensa a la sequía, donde más de 100 empresas usan unos 2500 litros de agua en cultivo de algodón para producir cada camiseta. 

En este mundo, cada vez más alejado de la producción, en el que todo puede conseguirse fácilmente en las tiendas, los humanos prácticamente ignoramos los beneficios que brindan las tierras y la naturaleza. Con este “Día de la Desertificación y la Sequía”, abogamos para que las personas comprendan mejor los vínculos reales entre lo que compran y las tierras.

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