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Emergencia por sequía en el Corredor Seco Centroamericano

Guatemala, El Salvador y Honduras, han informado la pérdida del 80% de los cultivos, de los que dependen 2.1 millones de personas.

Durante junio y julio, precipitaciones inferiores a la media y condiciones más secas, afectaron el primer ciclo de cultivos, lo que significa que los agricultores de subsistencia y sus familias no puedan consumir ni almacenar suficientes alimentos en los próximos meses.

El maíz y los frijoles han sido los cultivos más afectados por la sequía. Guatemala, El Salvador y Honduras, han informado pérdidas de 281.000 hectáreas de estos cultivos, de los cuales depende la seguridad alimentaria y nutrición de 2.1 millones de personas.

Estas pérdidas impactarán también el costo de estos alimentos para toda la población.

El gobierno de Honduras ha declarado la emergencia en el Corredor Seco, donde se estima que un 82% de los cultivos de maíz y frijol se han perdido, mientras que el gobierno de El Salvador declaró la alerta roja en julio.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP), han expresado su preocupación por la sequía que ha provocado pérdidas de cosechas en Centroamérica.

Sumado a esto, el Instituto de Investigación Internacional de Clima y Sociedad/Centro de Predicciones Climáticas (IRI/CPC), indica que existe un 60% de probabilidades de que se registre un nuevo fenómeno de El Niño entre septiembre y diciembre de 2018.

Aún cuando El Niño resultara ser débil, el segundo ciclo de cultivos, que generalmente suple las deficiencias de la primera y se realiza en noviembre, está fuertemente amenazado.

“Es urgente mejorar la resiliencia climática de los habitantes de Centroamérica, especialmente en zonas como el Corredor Seco. Nos preocupa especialmente el efecto de esta nueva sequía sobre la migración, en un contexto internacional que restringe el movimiento de miles de personas que, en sus localidades, tendrán una gran dificultad para asegurar el sustento de sus familias”, advierte el Representante Regional de la FAO, Julio Berdegué.

“Justo cuando las comunidades rurales se recuperaban de la sequía de 2014 y del fenómeno de El Niño de 2015, los más fuertes registrados en la historia reciente, un nuevo evento climático vuelve a golpear a los más vulnerables”, dijo Miguel Barreto, Director Regional de WFP para América y el Caribe.

Para fortalecer esas acciones y mitigar los impactos potenciales provocados por esta nueva sequía entre la población rural, FAO y WFP, colaboran con los gobiernos locales para establecer sistemas de seguimiento de la situación y adoptar acuerdos que permitan la migración regulada segura y ordenada de personas afectadas por la sequía.

 

Fuente: FAO

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