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Oportunidades en los suelos frente al cambio climático

Un mejor manejo de la tierra y las prácticas agrícolas podrían mejorar la capacidad de los suelos para almacenar carbono y ayudar a combatir el calentamiento global.

La cantidad de carbono que pueden absorber los suelos y cuánto tiempo pueden almacenarlo varía según la ubicación, y está determinado de manera efectiva por la forma en que se gestiona la tierra.

Debido a que casi la mitad de la tierra que puede sustentar la vida vegetal en la Tierra se ha convertido en tierras de cultivo, pastizales y pastizales, los suelos han perdido del 50 al 70% del carbono que alguna vez tuvieron.

Las prácticas agrícolas que alteran el suelo, como la labranza, la siembra de monocultivos, la eliminación de residuos de cultivos, el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas, y el pastoreo excesivo, exponen el carbono en el suelo al oxígeno haciendo que se queme en la atmósfera.

Un estudio de 2017 estimó que con una mejor gestión, las tierras de cultivo globales tienen el potencial de almacenar 1,85 gigatoneladas de carbono adicionales cada año, tanto como lo que el sector de transporte global emite anualmente.

Cuando la labranza se reduce al mínimo, el carbono del suelo no se expone al oxígeno y los agregados del suelo permanecen intactos, protegiendo su carbono. La rotación de cultivos y el uso de cultivos diversos, especialmente aquellos con raíces más profundas, agregan biomasa más variada al suelo y, por lo tanto, más carbono.

Una nueva investigación sugiere que a medida que el calentamiento global continúe, los suelos liberarán más carbono de lo que se pensaba, dado que la temperatura y la precipitación afectan la distribución de la materia orgánica y la cantidad de carbono en los suelos.

Estudios anteriores que calentaron suelos de 5 a 20 cm de profundidad encontraron que el suelo liberaría de 9 a 12% más de dióxido de carbono que lo normal. Pero los niveles más profundos de suelo contienen más del 50% del carbono global del suelo y después de calentar suelos a 100 cm de profundidad, los científicos descubrieron que un calentamiento de 4 ° C podría provocar que los suelos liberen hasta un 37% más de dióxido de carbono que lo normal.

Estos estudios más recientes sugieren que el almacenamiento de carbono en el suelo no es una solución milagrosa para el cambio climático, por lo que los científicos continuarán estudiando cómo el almacenamiento de carbono en el suelo podría ayudar en el secuestro de carbono.

Sin embargo, las prácticas de gestión de la agricultura y la tierra que aumentan el carbono del suelo también proporcionan otros beneficios. Los suelos fértiles producen más alimentos, promueven la biodiversidad, mantienen mejor la humedad y son menos susceptibles a la erosión, las inundaciones, la pérdida de nutrientes y la desertificación.

El aumento del carbono en los suelos mejora la calidad del suelo y del agua, por lo que contribuyen a que sea posible producir alimentos para la creciente población mundial y ser más resilientes a los impactos del cambio climático.

 

Fuente: Earth Institute Columbia University

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